¿Crees en la intuición?
Cuando lanzamos ésta pregunta tenemos respuestas para todos los gustos.
Casi todas las personas han vivido alguna situación en la que han sabido algo a la velocidad del rayo, de forma natural y sin saber cómo lo han hecho.
Para muchos, el hablar de intuición es como hablar de magia, de adivinación: Las personas intuitivas no son fiables.
Para otros es la forma suprema de conocimiento, la vía en la que podemos descubrir territorios del saber inaccesibles mediante el razonamiento.
También es cierto que la naturaleza de cada persona le lleva en una dirección o en otra.
Los alternativos suelen ser personas que funcionan con comodidad en “modo intuitivo” mientras que los normativos se manejan mejor en “modo racional-secuencial”.
¿Qué pensar de todo esto?
La psicología y la investigación científica, lejos de tomarse éste asunto a broma, le dedican grandes esfuerzos a descubrir qué hay de verdad en todo esto.
A menudo se critica que a veces las intuiciones conducen a grandes errores. Y esto es cierto.
Como también lo es el decir que a menudo el método de razonamiento-racional también pueden llevarnos a los mismos errores.
Evidentemente, si no hay presiones de tiempo, el método ideal es tener una intuición y después verificarla de forma racional.
Esto no siempre es posible.
Pero hay una teoría muy sugerente que promete darnos sorpresas en el futuro:
¿Y si la intuición fuese una forma subconsciente de manejar cantidades enormes de información?
Imagínate que conoces a una persona en una fiesta.
Ésta persona se te presenta de manera muy alegre y animada.
Pero tu intuición te dice que algo no encaja. Que ésta persona está triste y agobiada.
Y apartas tu intuición de la mente porque va contra las evidencias.
Continúas charlando con esa persona y descubres que tu sensación-intuición-instinto eran reales.
Es posible, según la teoría que estamos viendo, que en el espacio de pocos segundos nuestro inconsciente haya analizado el tono de voz, las expresiones de la cara, los gestos del cuerpo, el contexto, el color de la piel, la forma de respirar,… de la otra persona, haya realizado un patrón inconsciente, y nos haya dado un veredicto inconsciente: “está triste”.
Si hubiéramos utilizado el razonamiento, habríamos tardado muchísimo más tiempo en llegar a alguna conclusión.
Desde ésta perspectiva, la intuición (o el instinto, como dicen algunos) es un mecanismo de supervivencia, que a lo largo de nuestra evolución nos ha permitido tomar decisiones muy rápidas con un nivel de acierto bastante elevado.
Aquí se nos abre un campo muy interesante: Tal vez, en un futuro no muy lejano, en lugar de burlarnos de éste tipo de sensaciones, aprendamos a desarrollarlas y a utilizarlas.
Es algo demasiado universal como para ignorarlo.
Ahora que has leído el artículo: ¿Qué te dice tu intuición sobre él?.
Acostumbro a guiarme por intuición,y normalmente no me equivoco…