Hay un arquetipo primordial, no solo para el arte, la religión, la sociedad… sino también para entender la vida humana en su totalidad.

Se trata de la visión de “la Diosa”  que el ser humano ha transformado a lo largo de la historia, muchas veces dotándola de atributos extraños y diferentes.

Esta imagen ha sido modificada, pero en lo esencial, la Diosa representaba “la visión de la vida como un todo sagrado”.

Se puede decir que básicamente, la Diosa como arquetipo, simbolizaba la vida natural, como por ejemplo el paso de las estaciones, con su proceso de muerte y regeneración…

Pero también el curso del Universo – sus ciclos, sus movimientos –  y sobre todo la fase lunar, al que desde muy antiguo se la ha asociado.

Pero: ¿ Cómo se llegó en la prehistoria a esta idea tan global, tan holística de la Diosa?.

Estamos muy acostumbrados a la idea de un Dios en los cielos, y también a vivir sin Dios, pero, ¿y si hubo una forma de entender la vida en la que se sintiera el todo? que abarcara hombre y mujer, frio y calor, vida y muerte…

De hecho este punto de vista existió, y surgió observando la naturaleza, aunque dentro de una visión mágica-religiosa, en la que todo estaba relacionado.

Vendría a ser como formar parte de una obra en la que participamos todos, y en el que no existen valoraciones del tipo blanco-negro dualistas.

Por lo que el primer salto que tenemos que dar, es olvidarnos de nuestras ideas de “lo masculino y lo femenino”, en realidad estamos hablando de Vida y no Vida, como un Todo, como un continuo.

La vida se regenera a sí misma, es un ciclo, y esta vida es precisamente la Diosa.

Tendríamos que acostumbrarnos otra vez a la idea de los ciclos, donde todo es diferente y siempre es lo mismo, donde ninguna primavera es igual a otra, pero en su esencia es la misma estación que retorna.

Desde la época de las cavernas en la que la Diosa parece encarnarlo todo, hasta su separación en dos principios,  y su diversificación  posterior en múltiples facetas, la imagen de la Diosa actualmente está distorsionada.

Exploraremos en otros artículos  las diferentes facetas de la Diosa y como han llegado hasta nuestro días.