Florencia, esa dama recostada a la orilla del Arno… qué decir de su belleza, cómo elegir entre tantas joyas artísticas que atesora

Pero si hablamos de Florencia es ineludible hablar de los Médicis, mecenas  de los artistas  y  generadores directos de las maravillas florentinas

Hoy nos hemos decidido por las Tumbas erigidas precisamente por la familia Médici en la basílica de San Lorenzo, un templo que pasó a ser propiedad de la familia  – muchos de  sus miembros más antiguos están enterrados allí –  en la Sacristía vieja

Pero no es ésta la que nos ocupa, sino las Capillas Mediceas, que están situadas  justo detrás de la iglesia

La impresión nada más llegar es de asombro. Creado en el siglo XVII por Fernando I, este nuevo y  gran mausoleo para la familia, fue la envidia y admiración de la época, considerado como  una de las nuevas maravillas creadas por la mano del hombre

Se trata de una gran escenografía típica barroca, donde el mármol y las piedras semipreciosas lo cubren todo – suelo y techos – siendo las protagonistas

El cromatismo que se consigue, los efectos lumínicos y los diseños elaborados, además de la estructura arquitectónica, crean un efecto de movimiento y de tensión dramática en el espectador

Estos diseños realizados mediante la técnica del “mosaico florentino” permiten formar una composición pictórica hoy en día no superada, donde destacan los escudos de armas de las ciudades toscanas conquistadas y anexionadas al gran ducado

Parece ser que el proyecto original era todavía más grandioso, con la cúpula revestida de bronce y lapislázuli

Como contraste a esta capilla, y a través de un corto y estrecho pasillo, se accede a la capilla realizada por Miguel Ángel para Lorenzo el Magnífico y su hermano Juliano

Este mausoleo destaca por su simplicidad cromática basada en el blanco y negro, también por sus menores dimensiones, no así el tamaño de las famosas esculturas que sobrepasa las dimensiones del espectador

Un hermoso contrapunto a la capilla anterior y dos propuestas diferentes para el último reposo, el eterno

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