Todos sabemos que una sonrisa tiene algo de importante y precioso.
Nos puede dar luz en un mal día.
Nos puede dar esperanza ante la parte fea de la vida.
Pero realmente, muy pocas personas son conscientes del poder real de la sonrisa.
Veamos lo que nos dice la ciencia.
Para empezar, el simple hecho de sonreír ayuda a que el cuerpo genere hormonas del bienestar, lo que ayuda a alejar la depresión, la ira y la tristeza.
Además, ayuda a relajar las tensiones musculares, a la vez que tonifica los músculos fláccidos.
Favorece a la circulación, la digestión y la capacidad respiratoria.
Si pasamos a la risa, las vibraciones que se producen a nivel muscular estimulan además los órganos relacionados con la digestión, la respiración y la circulación.
Además, a nivel emocional, la sonrisa tiene un efecto muy curioso.
Existen lo que se llaman “circuitos emocionales”, en los que los sentimientos, los pensamientos y las respuestas corporales se realimentan unos a otros.
Por ejemplo, un pensamiento de tristeza favorece la aparición de una emoción de tristeza, que hace que el cuerpo adopte una actitud de tristeza.
Cualquiera de estos tres elementos favorece la aparición de los demás.
Por eso es tan difícil deshacerse de ciertos estados de ánimo.
Pero hay un fenómeno muy interesante:
Regularmente el cerebro se fija en cómo está el cuerpo, a nivel de gestos y posturas.
Y si el cuerpo está en una posición de, por ejemplo, alegría, el cerebro se dedica a reafirmar ésta expresión con todo lo que tiene: hormonas, niveles de tensión-relajación adecuados, sensaciones corporales…
Es como si el cerebro preguntara al cuerpo cuál es el estado de ánimo del momento, y en función de la respuesta, organizara todos sus recursos para confirmar la emoción correspondiente.
Así se ha comprobado que si nos acostumbramos a sonreír más a menudo, nuestro cuerpo y nuestro estado de ánimo irán respondiendo, y harán que nos vayamos sintiendo mejor cada vez que lo hagamos.
Pero a nivel social aún hay un elemento más.
Las “neuronas espejo” hacen que reflejemos de forma automática actitudes y comportamientos de los demás:
Si alguien se enfada cerca, es más posible que nosotros nos enfademos.
O si alguien tiene miedo, es más fácil que nos asustemos.
Ya sabemos que las emociones se contagian más que los virus.
Pero si lo que percibo es una sonrisa, lo que se despiertan son mis reflejos de bienestar, confianza y relajación.
Dicho de otro modo, una sonrisa suele ayudar a despertar lo mejor de los demás.
Resumiendo, una sonrisa es todo un regalo para uno mismo y para los demás, a todos los niveles.
Te recomendamos que sonrías más a menudo, aunque a veces pienses que no hay motivo.
Porque la misma sonrisa es un motivo de felicidad.
Y porque cada vez que alguien sonríe, éste mundo es un lugar un poquito mejor.