Cuando nos enfrentamos en nuestra vida actual, a una situación peligrosa de la que salimos indemnes, la sensación suele ser de vértigo y a la vez de alivio.
La reflexión a posteriori, viene dirigida a evitar en lo posible, volver a ponerse en la misma situación.
Pero qué sucede si nos encontramos atrapados en una realidad histórica, donde los acontecimientos mandan y el peligro se hace cotidiano.
Esto es lo que le ocurrió a Irena Sendler, y a miles de personas durante la 2ª guerra mundial, pero ella no se dejó arrastrar por las circunstancias…
Tomó decisiones que reducían sus posibilidades de supervivencia durante el conflicto, de forma lúcida y consciente de los peligros. Todo por ayudar a los más desprotegidos.
Imagina: enfermera y católica, en la Polonia ocupada por los nazis, trabajando por su voluntad en el gueto judío de Varsovia, y utilizando todos los trucos a su disposición para salvar a los niños encerrados allí.
Ella ya sabía que el gueto era solo un lugar de espera, una estación hacia los campos de concentración, hacia la muerte…
La oportunidad vino dada, por el miedo de los nazis a que hubiera una epidemia de tifus en el gueto, por ello dejaron que la sanidad polaca controlara el lugar. Ella y varios más, empezaron a sacar a los niños – con la excusa de la enfermedad primero – y después, de cualquier forma que se les ocurriera.
Pero a pesar de los esfuerzos – no todos se salvaron – muchas familias judías se negaban. ¿Cómo dejar a sus hijos, a sus nietos sin garantías? ¿Sin saber en dónde y en qué manos caerían?
Irena es clave para la localización de los niños, es la única poseedora de los nombres y direcciones de las familias que los ocultaban. Por lo que es detenida, torturada y condenada a muerte – de la que finalmente se salva – pasando a la clandestinidad.
Antes, había escondido los datos en tarros de cristal, que enterró en el jardín de su vecina. Así, se aseguro de que las familias pudieran volver a localizar a sus hijos, aunque ella hubiera muerto. Tras la guerra, ella misma recuperó los frascos con las listas.
Irena no pensó nunca en homenajes y reconocimientos – poseedora de una farrea fe -hizo lo que tenía que hacer.
No me resisto a escribir lo que ella mismo dijo: «Esos actos fueron la justificación de mi existencia en la tierra, y no un título para recibir la gloria».
Reflexión
¿Qué sucede cuando nos sobrepasa un tsunami histórico, cómo afrontamos ese cambio ineludible que trastoca nuestras vidas?
A veces, lo que da sentido a la existencia en circunstancias extremas, es cumplir con el propio deber.
Enseñanza de la Historia
En una situación terrible, una persona corriente puede hacer cosas heroicas.
Recomendación
La biografía de Irena Sendler ha sido llevada por la CBS, en una miniserie para la televisión. En ella la actriz Anna Paquín da vida a esta heroína sin igual. Su titulo – que recomendamos para su disfrute, es:
“El valiente corazón de Irena Sendler”.
No se puede decir más, en tan poco…
Si señor, personas así son las que de verdad mueven el mundo
Gracias Estibaliz, es uno de nuestros personajes favoritos, de una dimensión humana que emociona y mantiene la fe en la humanidad