¿Conoces la expresión “Respirar por la herida»?

Se utiliza cuando una persona que ha vivido un suceso doloroso lo convierte en el centro de su vida.

Da igual que se trate de un accidente, una ofensa, una herencia, un despido laboral o cualquier otro motivo.

La persona no se lo puede quitar de la cabeza, le obsesiona y hace que su mayor ambición en la vida sea reparar o vengar lo sucedido.

Otra función que tiene “Respirar por la herida” es servir de pretexto para una vida fracasada: es el típico argumento de “la culpa de que todo me vaya mal es de aquello que me sucedió”.

Pasan los años y la trampa se va cerrando, el recuerdo pasa de ser huésped a ser anfitrión, y comienza a gobernar todos los aspectos de la vida.

Lo que la persona que lo padece no quiere ver es que hay muchísimas historias tan malas o peores y han salido adelante, superando su pasado.

Y para solucionar ésta situación sólo hay un camino, el más duro posible.

Si no somos capaces de hacer ya nada al respecto de lo que sucedió, ya sólo podemos perdonar.

No nos confundamos: el perdón no es decirle a la otra persona que no ha sucedido nada. En realidad, el acto de perdonar es muy egoísta.

Perdonar significa liberarse, asumir desde una posición madura que no voy a permitir que algo que sucedió en mi pasado encadene mi presente y mi futuro.

Significa renunciar al dolor y asumir nuevos objetivos para una nueva vida.

Por desgracia, las personas que respiran por la herida se toman esto como una cobardía y piensan que si lo hicieran su vida quedaría vacía de sentido.

Y tú, ¿Qué opinas?.