ATENCIÓN, PREGUNTA:
¿Cuál crees que era el peor pecado para los antiguos griegos?
¿Tal vez el asesinato? ¿El asesinato de los padres o de algún personaje famoso?
Puede que pienses que era algo relacionado con el robo: robar dinero público o de personas indefensas.
Tal vez prefieras pensar en algo de índole sexual, del tipo del incesto o de mantener relaciones con animales.
¿Será la traición a la Patria?
Pues no, para los antiguos griegos no había pecado más grande que el “HUBRIS”.
La traducción más parecida que podríamos hacer hoy en día sería “soberbia”, pero como casi siempre nos sucede con los conceptos griegos, éstos son mucho más complejos y sutiles que los que manejamos hoy en día.
“Hubris” es cuando una persona piensa que todo lo que ha conseguido en la vida es gracias a su voluntad, fuerza e inteligencia, sin tener en cuenta la suerte, el destino, a los demás o la influencia de los Dioses.
Se trata, precisamente, de la enfermedad de nuestros tiempos: pensamos que con la ciencia tenemos todo en nuestras manos, cuando en realidad basta con un pequeño revés para que los planes mejor trazados se nos vengan abajo.
A menudo pensamos en qué hemos fallado, cuando en realidad hemos hecho todo lo que hemos podido y la vida ha ido por donde no queríamos.
Por otra parte, muchas personas triunfadoras que creen no deber nada a nadie, son totalmente ignorante de la increíble cantidad de casualidades que han vivido para poder llegar a donde están, vivos y en las mejores condiciones posibles.
Muchos grandes héroes de la antigüedad fueron castigados por el “Hubris”, como por ejemplo Ulises, nada menos.
Pero a los Dioses tampoco les gustaban las personas que se plegaban a las circunstancias y no hacían nada.
De hecho, la figura del héroe es la de una persona que sigue luchando suceda lo que suceda.
Si buscáramos la palabra que sirve para vencer al “Hubris”, desde luego no sería “sometimiento”.
Más bien sería “HUMILDAD”.
¿Qué opinas?.