Ésta es una de las características más peculiares de las personas Alternativas.

Normalmente creemos que todos pensamos de la misma manera, pero no es cierto.

Creemos que la diferencia entre nosotros es de más o menos inteligencia, o de mayor o menor velocidad.

Cuando se le cuenta a un Normativo cómo piensa un Alternativo, o al revés, la primera reacción suele ser de incomprensión.

No se comprende que otra persona funcione de una manera que yo no acabo de entender.

Una persona Normativa funciona y razona de una manera secuencial y ordenada: Del punto A pasa al punto B, después al C, y así sucesivamente.

Es una forma de funcionar lógica, a la que se puede seguir el rastro, una forma, podríamos decir , “científica”.

La persona Alternativa funciona de otra manera: por cada pensamiento que tiene le aparecen ideas, imágenes, asociaciones  ,sonidos,… y a veces cuesta elegir ante el aluvión de cosas que se le vienen a la cabeza.

Y cada uno de esos pensamientos trae otros muchos, y así continuamente.

A veces dan la sensación de ser lentos o dubitativos, pero ello se debe a la cantidad de información que manejan a la vez.

Es un pensamiento que se denomina “arborífero”, por la cantidad de ramas de pensamiento que surgen cada vez.

Es ideal desde el punto de vista de la creatividad. Se nos ocurren continuamente ideas a toda velocidad.

Pero no es tan recomendable desde la estructura. Si no se adquiere cierta disciplina mental, se correrá el peligro de pasar el día entre ensoñaciones y pensamientos que nos invaden.

El pertenecer a uno u otro estilo de pensamiento no indica que se sea más o menos inteligente, o que nuestros pensamientos sean más o menos acertados.

Además, no son exclusivos.

Hoy en día se sabe que cualquier persona puede aprender a desarrollar el pensamiento lineal, o el creativo, o el denominado pensamiento lateral.

El primer paso para aprender a sacar partido a nuestra mente es tomar conciencia de cuál es nuestra tendencia natural de funcionamiento, para controlarlo y utilizarlo.

Por lo tanto, ¿Eres normativo y piensas como un peregrino, siguiendo una ruta?.

¿O eres una persona alternativa y piensas como un bosque, con cientos de brotes cada día?.

Recuerda que la clave está en el partido que aprendas a sacar de tu estilo de pensamiento.