Aunque en nuestra época – tan dada a conseguir lo que se desea con rapidez – nos pueda parecer extraña, la idea de “adorar” un objeto inalcanzable y perfecto, personificado en una noble dama, tal vez en la actualidad no estemos tan separados de esta idea como pensamos…

A ojos del caballero, la dama objeto de sus desvelos,  poseía toda la belleza y virtudes imaginables, convirtiéndose así, en su inspiración y modelo a seguir

Esta relación era prohibida: generalmente era secreta, la dama – de más alta alcurnia – estaba casada y no podía haber contacto sexual entre ellos

En esta filosofía del amor, existían unas reglas que tanto el caballero como la dama implicada, debían seguir

Se traducían en un total sometimiento del caballero a su dama, a la que ésta respondía con frialdad y distancia, aunque en su fuero interno, ella ardiera de pasión tanto como su enamorado

Es decir la dama secretamente también sufría, porque al igual que su caballero también quiere conseguir ese “estado de gracia”, sublimar los sentimientos para depurarlos, y así ennoblecerse

En los poemas provenzales de los trovadores como Chêtrien de Troyes, inmortalizan este sentimiento puro y sin tacha del amor cortés – aunque en honor a la verdad, algunos amantes transgredieran su mandato – como en el caso de Ginebra y Sir Lancelot

Esto nos puede parecer estúpido en nuestra época: la consecución del amor espiritual mediante la sumisión, la frustración y el sufrimiento – mezcla de la configuración feudal  medieval  y  la religiosidad de la época

Independientemente del género, este ideal se actualiza, si pensamos en las relaciones en las que se mezclan el amor y las pasiones no correspondidas, con el sufrimiento que conllevan, sobre todo si se da alas a una expectativa que nunca llega…

Y si esto a su vez se repite en el tiempo, deberíamos ser sinceros y afrontar el porqué nos enamoramos de personas inaccesibles, que representan un ideal alejado de la realidad

Por eso el amor cortes se convierte en un arquetipo de las relaciones a través de los tiempos, su esencia está implícita aunque nos aparezca transformada: desde el Platonismo a los Cátaros, o del culto Mariano a la literatura del siglo XIX, por ejemplo,  podemos ver su potente influencia

También en las películas de nuestros días, donde se actualiza esta temática y en donde nos sentimos reflejados

 

Reflexión

En la ilusión que gesta el amor cortes, está sintetizada la ilusión del “amante hacia el objeto amado”. Esta relación en el mejor de los casos, representa las primeras etapas del enamoramiento, cuando nuestro ideal se condensa en la persona amada. Si conseguimos salir de éste estadio, y atrevernos a mirar al otro con autenticidad, conseguiremos un amor, sí – más prosaico – pero más humano