Sopa de letras

Hoy, en el patio del cole, estaba yo jugando con mi amiga Noa y vino Darío. Me empujó y me caí al suelo. Entonces, me levanté y le dije: «Oye, Darío, por favor, pídeme perdón» pero no lo hizo. Salió corriendo y se fue. Por eso mi amiga Noa ha cortado con él. No es que Darío haya cortado con ella, sino que Noa le ha dicho que ya no quiere saber más nada de él. Además, la seño lo ha puesto ya siempre en el otro turno y se ha quedado sin hacer la sopa de letras.

La sopa de letras es un cuadrado con cuadraditos pequeños llenos de letras donde tienes que buscar palabras de arriba abajo, de abajo arriba, de derecha a izquierda o de izquierda a derecha. Por ejemplo: “Farola”. Cuando encuentras una palabra, la rodeas y la tachas. Antes de tacharla la tienes que escribir en el cuaderno; a mí siempre se me olvida apuntarla. La seño nos ha dado hoy una sopa de letras y yo encontré dos palabras, pero ahora no me acuerdo cuáles eran.

Además de la sopa de letras, está la “Crema de letras”, pero no sé cómo explicar lo que es, por eso me pongo el lápiz en la oreja como hace el carpintero que arregla los armarios del cole cuando piensa.

 

 

     Leer es acordarse de mucho

Me he traído la cartilla de leer a casa de la abuela. “Ne-el-son ti-e-ne un mo-li-no” ¿Ves?… dice que Nelson tiene un molino.

A ver. Me tengo que acordar de respirar cuando encuentre un punto; el de la i no vale porque es el de la i. También está la mudita, que es la h, y que solo habla cuando va con la c, como chocolate. La c es muy enfadona, por eso con la a, dice ca; con la o dice co y con la u, dice cu. Pero con la e y con la i, no, porque está enfadada con ellas y hay que buscar otras letras que les ayuden a decir que, qui.

Leer es acordarse de mucho.

─Abuela, que empiezo:

Ca-mi-lo es un ca-ma-le-ón dis-tin-to de los dem-ás (de-más). Camilo es un camaleón distinto de los demás, je, je.

Sigo…

¿Ves?, he leído toda la página entera… ¡Anda!, se me olvidó respirar en los puntos. Bueno, no pasa nada, respiro ahora, agsss, agsss, agsss…