Hoy, os voy a contar la historia de una iglesia que ha visto pasar los siglos de una forma diferente debido a su ubicación, ya que desde su construcción allá por la mitad del siglo XV, ya se va a ver influida por los acontecimientos políticos convulsos, típicos de un lugar de frontera, donde no faltarán guerras, alianzas, bodas, incendios…

La iglesia como todas las de su época, fue construida por el afán y la fe de las gentes de Hondarribia, que en ese momento dependía de la diócesis de Bayona, en un estilo Gótico tardío, por lo que es muy amplia y de elegante factura, con planta de cruz latina de tres naves y ábsides de similar altura. Pero por su situación y circunstancias, en un primer momento formó parte de la muralla medieval, eso no le hizo restar belleza en sus elementos ornamentales, donde destaca la bóveda estrellada del sotocoro de sorprendente mezcla temática y riqueza decorativa.

Desde el principio la iglesia recibió la visita de gente variopinta como comerciantes, peregrinos que se detenían en su camino hacia Santiago de Compostela o personajes importantes como embajadores, ya que en su única capilla se casaron por poderes Luis XIV de Francia y la infanta española María Teresa de Austria, antes de hacerlo presencialmente en San Juan de Luz.

El paso del tiempo con sus acontecimientos hizo que cambiará, no solo de diócesis varias veces, sino también en cuanto a estilos artísticos, por lo que incluye elementos renacentistas como su puerta principal, posterior a la más antigua porticada de San Jerónimo, y barrocos, como su torre-campanario construida por Francisco de Ibero.

Las figuras religiosas, como no podía ser de otra manera, son las más importantes. Nos encontramos la inconfundible simbología de la Iglesia cristiana, tanto en escultura como en vidrieras como la Virgen con el niño, Cristo crucificado o una Piedad, fruto todo ello de la devoción y religiosidad que emanan de todo lugar sagrado cuya principal misión es la transmisión de la fe, además de congregar, amparar y dar consuelo a los fieles. Es muy interesante, la talla policromada barroca de origen napolitano del altar Mayor: la Virgen de la Asunción y del Manzano, que da nombre a la parroquia.

Estas imágenes muchas veces, están mezcladas con representaciones que aluden al bestiario medieval y a las creencias populares como grifos y sirenas del mundo marinero, tan importante para Hondarribia por ser un lugar costero y muy típicas por otra parte de la época. También la heráldica está presente indicando la importancia histórica del lugar. Además, la influencia del Camino de Santiago se hace notar, por ejemplo, con la figura del propio apóstol Santiago vestido de peregrino, además diversos lugares de Hondarribia están dedicados a un santo jacobeo.

Para concluir, hay que decir que la ciudad de Hondarribia situada frente a Francia, es un enclave maravilloso que merece una visita por sus diferentes ambientes y su tipismo. En la zona medieval, su iglesia está rodeada de numerosos edificios blasonados de época como el castillo-parador de Carlos V, cuya fachada alude a su tormentosa historia y que domina el estuario del Bidasoa, el palacio Barroco de Zuloaga hoy biblioteca, o su muralla medieval muy bien conservada.

Además, realizan numerosos eventos, como: su Semana Santa de gran antigüedad, el festival de canto religioso, la semana medieval y su famoso “alarde” recuerdo de las guerras contra los franceses y fiestas patronales de la ciudad, que atraen a numerosos visitantes. También el mar y la playa para realizar actividades náuticas y de esparcimiento es otro de sus atractivos principales, sin olvidar su ruta gastronómica envidiable, desde los pintxos del barrio de pescadores hasta sus numerosos restaurantes. Asimismo, Hondarribia está cerca de otros sitios de interés, como la ciudad de Irún con su pasado romano, Donostia la capital de Guipúzcoa y por supuesto el sur de Francia con lugares como San Juan de Luz, Biarritz o Bayona.