En la Dordoña francesa, en el corazón del Perigord,  tierra habitada por nuestros ancestros donde sus huellas están presentes en todo el territorio, nos encontramos con esta preciosa cueva, que, a semejanza de un cinematógrafo antiguo, nos muestras escenas de la vida cotidiana de la prehistoria paleolítica

Escenas de caza, rebaños de toros, ciervos, caballos en estampida y demás fauna se suceden al paso de un recorrido que nos traspasa y nos deja sin palabras

Es increíble que los artistas – usando solamente la línea- de una manera precisa, perfecta, como “Picassos prehistóricos” y con escasos colores como el negro, el rojo y los colores ocres, lograran crear semejantes maravillas

Algunos animales tienen efectos volumétricos, aprovechando como en Altamira los relieves de las paredes de la cueva para conseguir un mayor efecto

Parece ser que las obras fueron realizadas pos diferentes artistas en diferentes etapas, y también que utilizaban distintas técnicas como el soplado, el estarcido, o los pinceles de pelo de animal

Dada la oscuridad de la cueva, se sabe que utilizaban lámparas, seguramente de sebo para iluminarse en sus trabajos, y en algunas zonas de la cueva algún tipo de escalera para poder llegar a los sitios más elevados sin dificultad

Situaban los animales en diferentes planos y tamaños para simular una perspectiva y dotar también a las escenas de un aspecto tridimensional

La llamada Sala de los Toros – por su cantidad representada –  es una de las primeras composiciones circulares, en esta sala también nos encontramos con una escena mágico-cinegética donde se representa a un chamán

No sabemos el porqué de la realización de estas pinturas, se ha apuntado numerosas hipótesis: atraer la caza de los animales representados,  usos rituales de la cueva – verdadero templo sagrado de la época – o la relación que parecen tener estas imágenes con las posiciones estelares, mapa astronómico del que se nos escapa su utilidad

La cueva que se puede visitar, muy bien planteada, es una réplica exacta a la original  y se sitúa muy próxima a la misma, cerca del bosque, creándonos una sensación de situación histórica

La experiencia, a parte del acercamiento al arte y cultura prehistórica, nos aproxima a algo más inaprensible pero a la vez cercano: a la necesidad espiritual  que el ser humano tiene independientemente de la época que le toca vivir

 

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