Si la situación de la mujer ha llegado a ser  como es hoy, se hace necesario retroceder hasta el origen, hasta el Mito, para comprender porqué es así, teniendo muy presente que lo que se comprende, no tiene que ser necesariamente admitido, ni legitimado.

Grosso modo podemos definir los mitos como una serie de relatos en los que a través de las voluntades divinas o dioses:

1.- Se nos da cuenta del origen de la vida.

2.- Se resuelven los grandes interrogantes de la humanidad.

3.- Se transmiten valores y concepciones.

4.- Se prioriza lo masculino sobre lo femenino.

En el caso de nuestra cultura, los mitos que mejor conocemos son los transmitidos en los relatos bíblicos. De entre esas narraciones sobresale, sin lugar a dudas, la Pérdida del Paraíso (Génesis), que nos dice:

“La serpiente dijo a la mujer: -¿Cómo es que Dios os ha dicho: no comáis de los árboles del jardín?-.

Respondió la mujer a la serpiente: “Podemos comer del fruto de los árboles del jardín, mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: “No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte”.

Replicó la serpiente a la mujer: “De ninguna manera moriréis, es que Dios sabe muy bien, que el día que comáis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal”.

Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr la sabiduría, tomó de su fruto y comió y dio también a su marido, que igualmente comió”.

Todas las hijas de Eva conocemos las consecuencias que nos ha acarreado la interpretación interesada de este mito:

“-¿Y tú no sabes que eres una Eva?. La sentencia de Dios sobre este sexo tuyo vive en esta era: La culpa debe necesariamente vivir también. Tú eres la puerta del demonio, eres la que quebró el sello de aquél árbol prohibido (…) así de fácil destruiste la imagen de Dios, el hombre”. Tertuliano, Padre la Iglesia/ “De culta feminarum”1.1

“Pero si, eventualmente se agotan y mueren, no importa. Que mueran dando a luz, que para eso están”. Martin Lutero

Uno más: “Las niñas empiezan a caminar y a hablar antes que los niños porque la maleza crece siempre más rápido que las buenas semillas”. Martin Lutero. Teólogo alemán.

La historiadora Gerda Lerner afirma al respecto:

“Muchas de las principales metáforas sobre el género y la moralidad arrancan de la Biblia. Y dentro de ella el libro del “Génesis” ha modelado la configuración misma de la sexualidad, de la relación entre los sexos y el género y la posición de la mujer en la sociedad occidental”.

No obstante, también las hijas de Eva, podemos reinterpretrar el mito, no desde el lado que daña, sino del que cura, pues es fácil apreciar en él que fue una mujer quien quiso librarnos de la ignorancia. La ruptura que supuso el Pecado Original proporcionó la posibilidad de alcanzar el conocimiento y por lo mismo Eva deviene en una heroína cultural.