Te prometo que el artículo de hoy va a ser breve.

Breve y claro.

Y va a ser así porque en realidad no hay nada de lo que hablar.

A menudo, cuando tratamos de entender por qué alguien hace algo, elaboramos teorías, contamos historias y especulamos sin parar.

Pero no hacemos lo que es lógico y sensato: preguntar al otro.

Es imposible saber las motivaciones de otras personas.

Incluso, a menudo, ni la misma persona sabe por qué hace las cosas y se dedica a engañarse a sí misma.

No somos capaces de conocer la forma de sentir, la sensibilidad o la historia de esa persona.

Y solo he citado tres de los muchísimos elementos que deberíamos conocer para permitirnos dar nuestra opinión sobre el comportamiento de otra persona.

Y sin embargo, nos pasamos el día juzgando a los demás.

Es parte de la condición humana.

Como ya sabes, me gusta que los/as lectores/as saquen sus propias conclusiones, así que te voy a contar una pequeña historia sobre éste tema:

“Una vez, un Maestro Zen y sus discípulos estaban paseando por el bosque.

A poca distancia, se les apareció un pequeño ciervo.

Todos se quedaron admirados por su belleza, su gracilidad y su inocencia.

Fue una situación maravillosa y nadie se atrevía ni a moverse.

De repente, el Maestro se agachó, cogió una piedra del suelo y se la arrojó al ciervo, golpeándolo en pleno costado.

El animal salió corriendo y todas las miradas se volvieron hacia el Maestro.

“¿Por qué has hecho eso?”, le preguntó el más antiguo de sus discípulos.

“¿Os molesta lo que he hecho?”, dijo el maestro.

“Nos parece muy mal que se maltrate así a un ser vivo”, dijo el discípulo, claramente enfadado.

“¿Y no queréis saber por qué lo he hecho?”, dijo el Maestro.

Ante el silencio de todos, explicó:

“Le acabo de salvar la vida.

Si hubiera seguido siendo un ciervo confiado, cualquier cazador le hubiera matado con total facilidad.

A partir de ahora, se lo pensará dos veces antes de acercarse a otro ser humano y eso le hará vivir mucho tiempo más”.

Los alumnos se inclinaron con todo el respeto”.

 

Ésta es la historia.

Ahora, volvamos a pensar sobre nuestros juicios o los de los demás.

Espero tus comentarios.

Saludos.