HAIKU :  LA DESLUMBRANTE SENCILLEZ

 

   “  Lo bueno, si breve, dos veces bueno; y aún lo malo,

                        si poco, no tan malo. ”

                                                                 Baltasar Gracián

 

 

El haiku es un género poético de origen japones, escrito en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas sin rima. A pesar de su  aparente brevedad  es una composición con mucha sutileza; el haijin (  nombre que recibe el escritor de haikus en japones ) pretende decir o signicar mucho utilizando los mínimos recursos posibles.

 El haiku es la percepción de un breve instante: un relámpago, una sensación que pretende iluminar un instante captado por la sensibilidad del autor, con naturalidad, sutileza, austeridad y sencillez, sin que lo confundamos con simpleza.

 

Roland Barthes, lo describe muy bien cuando afirma : “ el haiku es el gesto indicativo de un niño, que con el dedo muestra una cosa y nos dice: ¡ mira esto, ohhhhh… !. Con su inocencia, su asombro y su emoción:

 

Todo lo que toco
con ternura… ¡ayyy!
Duele como una zarza.

                                 Kobayashi Issa

 

Por amor y por odio,
acabo con una mosca
y se la ofrezco a una hormiga.

                                          Masaoka Shiki

 

La composición tradicional del haiku, suele contener alguna referencia directa o indirecta a las estaciones del año, mediante una palabra ( kigo ) que nos muestra la época del año en que nos encontramos. El haiku no elabora el contenido, no se esfuerza por componer un texto hermoso y elegante, sólo trata de describir un instante, algo momentáneo, fugaz, que sin embargo se torna eterno. Esa sensación que experimenta el haijin, es el Aware, que traducido a nuestra visión occidental podría traducirse cómo la sensación que experimentamos cuanto contemplamos la belleza fugaz de un instante en la naturaleza : el vuelo de una mariposa, el canto de un grillo, la floración de un árbol…

 

Algunos estudiosos relacionan el haiku con el zen, porque la consideran poesía espiritual ( satori o iluminación ). Sea cómo sea, la vinculación del zen con el haiku es enorme y fueron monjes y monjas budistas los que popularizaron este género poético en Japón. Maestros cómo Matsuo Basho, Kobayashi Issa, Chiyo Ni, Nakamura Teijo…

 

 

Jisei, el haiku de despedida de la vida

 

Los japoneses han adoptado la costumbre de redactar y componer un poema de despedida de la vida, que escriben mucho antes de morir o cuando se aproxima ese momento, con la conciencia de que ese es su jisei.  El jisei es un haiku de adiós y un legado espiritual. Puede ser de carácter meláncolico y triste o una celebración de agradecimiento por lo vivido; depende del autor y su percepción de esta existencia.

 

            “ Un sueño roto

¿ ya sabes a dónde van

las mariposas ? ”

                        Ichisi

 

 

La influencia del Haiku en la literatura universal

 

Poetas y escritores de Occidente se han sentido atraídos por el haiku y muchos de ellos, con mayor o menor acierto han cultivado este formato literario. La lista es interminable y entre ellos podemos significar en lengua inglesa a  Ezra Pound, Jack Kerouac, W.H. Auden y en español a Antonio Machado, Juan Ramòn Jimenez, Gabriela Mistral, Octavio Paz,  García Lorca, Jorge Guillen, Susana Benet, Beatriz Villascañas…

 

 

 El sabor                                                      El mundo cabe
de la lluvia.                                                en diecisiete silabas:

¿Por qué arrodillarse?                              Tù en esta choza

                            Jack Kerouac                                         Octavio Paz

 

 

Junto al agua negra                                   Un grillo canta

Olor de mar y jazmines                              en los campos de rocío

Noche malagueña                                      las nubes pasan

                        Juan Ramón Jimenez                                 V. E