Varias personas nos han escrito diciéndonos que sería que publicáramos un artículo sobre el tema de las dietas y el adelgazamiento.
No trataremos en éste caso de la nutrición.
Es posible adelgazar si nos ponemos en manos de un buen nutricionista.
Una dieta adaptada por un profesional a nuestro cuerpo y a nuestra vida puede hacer maravillas.
Tampoco nos ocuparemos en ésta ocasión del ejercicio, sobre el que hay muchos mitos.
La ciencia dice que no importante para quemar grasas, sino para mantener un tono y un volumen muscular que impida que nos debilitemos durante la dieta.
En ésta ocasión nos ocuparemos de lo que se esconde detrás de la grasa.
El hecho de engordar y adelgazar tiene un componente emocional y nervioso muy importante.
Detrás del proceso de engordar se encuentra casi siempre un tema de ansiedad.
Es cierto que los alimentos poco sanos nos hacen alterar el metabolismo, pero: ¿Por qué los consumimos?
Para empezar, y sobre todo en el caso de las mujeres, nadie negará que el bombardeo de la publicidad sobre la necesidad de adelgazar es escandaloso e incesante.
Lo que se supone que está destinado a concienciarte, en realidad lo que hace es añadir ansiedad a una situación que ya de por sí no es agradable.
Porque, no nos equivoquemos, el comer tiene un efecto calmante.
Es una forma de alejar la ansiedad, el miedo o la soledad.
Por eso no es extraño que durante una dieta suframos alteraciones en el carácter, estemos raros y nerviosos, aunque veamos lo positivo que es perder peso.
Esto tiene mucho que ver con las recaídas.
Al adelgazar, nos volvemos a encontrar con esos aspectos emocionales que ocultaba la grasa.
Por eso, es muy importante solucionar los temas que tenemos pendientes, o al menos, acompañar la dieta con un sistema de control de la ansiedad.
Si no queremos que los nervios nos dominen, hemos de conseguir que a la pérdida de peso le acompañe algún método de mantenimiento de la estabilidad emocional.
No es difícil, pero hay que ir aprendiendo técnicas de control del estrés, para que una vez terminada la dieta, no necesitemos comer de más otra vez.
Y así, si no nos preocupamos tanto de la cantidad, aprendamos de todos los placeres que nos pude dar la comida consumida según nuestras necesidades.