Como en otros artículos anteriores (Símbolos I, II y III), vamos a seguir investigando la escuela del “Nuevo Pensamiento”, una corriente que surgió a finales del siglo XIX y vivió su esplendor a principios del siglo XX.

Una de sus propuestas más radicales era utilizar la Biblia como libro de Autoayuda.

Según ellos, de hecho, era el mejor libro de Autoayuda de toda la historia.

Ya hemos visto diferentes símbolos y su importancia en el desarrollo de la vida de la persona.

Hoy, utilizaremos un pequeño texto muy conocido para ver cuál es la lección que esconde.

Os pongo en situación: Un hombre se acerca a Jesús y le dice si puede acompañarle, pero, le avisa de que antes va a tener que irse a atender el entierro de su padre.

La extraña respuesta de Jesús es “Deja que los muertos entierren a sus muertos”(Lucas 9-60).

Ésta respuesta no deja de ser extraña viniendo de alguien tan piadoso.

Pero, según el “Nuevo Pensamiento”, esto no deja de ser un símbolo.

Invita a todas las personas que quieren empezar un camino nuevo en su vida a que no miren atrás.

Al contrario que algunas corrientes psicológicas actuales, considera que lo mejor es dejar muchas vivencias y situaciones del pasado donde les corresponde: en el pasado.

No hay que darles más vueltas, ya que pertenecen a un mundo que no existe.

Asumiendo que esto es así, sus efectos en la vida actual se irán mitigando.

Ésta idea se refuerza porque después viene otro hombre y le dice: “Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.

 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lucas 9:61,62).

Es imposible decirlo más claro: si vas a emprender un nuevo rumbo en tu vida y te dedicas a mirar a lo sucedido en el pasado, no vas a ser capaz.

REFLEXIÓN:

Éste mensaje, aunque un poco radical, tiene mucho que ver con las últimas investigaciones sobre la Neuroplasticidad: las vías del cerebro no son fijas.

Si pensamos y actuamos de forma diferente crearemos nuevos circuitos en el cerebro,  y nos veremos en la situación de poder llevar a cabo aquello que pensábamos que era imposible.

Por lo tanto, sobre todo si tu pasado es complicado, deberías centrarte en lo que eres capaz de hacer ahora y en lo que quieres conseguir para el futuro.

Es curioso: Suena como un discurso motivacional actual, solo que fue escrito hace dos mil años.

¿Cuál es tu opinión?