Son tiempos difíciles. Todos lo sabemos. Pero a pesar de las circunstancias vamos a salir adelante.

Como punto de partida os diré que envejecer activamente significa aprender a vivir cada etapa sintiéndose útil realizando actividades y encontrando alicientes como proyecto de vida.

Cuanto mayor es la edad se produce una disminución de sus capacidades auditivas, visuales, de movilidad, etc.

Como consecuencia de su situación suelen ser difíciles las A.B.V.D.(Actividades básicas de la vida diaria ).

Por ese motivo son tan importantes los cuidados de larga duración.

La atención va dirigida a satisfacer las necesidades elementales.

Otra de las condiciones importantes para favorecer su seguridad es la relación de confianza con el personal.

Las gestiones administrativas y burocráticas se convierten en un hándicap debido a su informatización. Así como las barreras arquitectónicas, el transporte o los desplazamientos.

Los servicios sociales, ayuda a domicilio, residencias o servicios de apoyo al ocio y al tiempo libre son una de las fuentes de bienestar.

A ellas quiero dirigirme en estas líneas.

A esos momentos en los cuales se olvidan de todo, proyectando en ellos nuevas ilusiones.

La necesidad de fomentar la solidaridad y proximidad con las personas a nuestro cargo, realización de actividades donde se trabaje la psicomotricidad y la memoria, cuyo fin sea retrasar en la medida de lo posible el deterioro cognitivo.

Recibir y dar afecto, ayudar a mantener su dignidad en esta etapa vital.

Potenciar su bienestar físico, mental y social. Ver reflejada en sus ojos la paz que merecen, sus manos siempre abiertas o compartir ese silencio que la confianza nos permite.

Esa es nuestra tarea.